Relación entre el insomnio y la ansiedad
El insomnio y la ansiedad son dos condiciones estrechamente relacionadas y la relación entre ambos puede ser un círculo vicioso, en el que la ansiedad puede causar insomnio, y la falta de sueño puede aumentar los niveles de ansiedad. Este artículo explora como estas dos condiciones están interconectadas, sus efectos en la salud y cómo pueden ser tratadas para mejorar la calidad de vida.
Según un estudio realizado en Arabia Saudita antes de la pandemia, un 77,2% de los universitarios se dormían pasada la media noche, por lo que este retraso en el inicio del sueño, lo empezaron a relacionar con un mayor índice de ansiedad e insomnio debido a la carga académica y a la exposición a las pantallas. Pero, ¿sabías que existen varios tipos de insomnio?
- El insomnio agudo generalmente es causado por factores estresantes temporales.
- Insomnio crónico, ocurre al menos tres veces por semana durante tres meses o más.
Por su parte, la ansiedad es una respuesta natural del cuerpo al estrés. Sin embargo, cuando la ansiedad se vuelve crónica puede afectar negativamente la calidad de vida de una persona. Manifestando una preocupación constante, incluso en situaciones que no lo justifican.
Entonces, ¿ la ansiedad puede provocar episodios de insomnio?
Las personas con trastornos de ansiedad suelen experimentar pensamientos intrusivos y preocupaciones durante la noche, lo que les impide descansar adecuadamente. Y por tanto, ponen en alerta a su sistema nervioso simpático, lo que aumenta la producción de hormonas como el cortisol y la adrenalina.
La activación del sistema nervioso simpático debido al estrés puede aumentar la probabilidad de episodios de apnea del sueño. De este modo, el insomnio y la ansiedad no solo afectan el bienestar mental, sino que también tienen repercusiones importantes en la salud física, como:
- Sistema inmunológico debilitado y una mayor susceptibilidad a enfermedades.
- Aumento del riesgo de hipertensión, ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
- Dificultad para concentrarse, problemas de memoria y disminución del rendimiento en el trabajo o en los estudios.
Además, la falta de sueño afecta el equilibrio químico del cerebro, reduciendo así la producción de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, que son esenciales para la regulación del estado de ánimo. Esto puede llevar a un aumento de los síntomas de ansiedad. También, la privación del sueño debilita la capacidad del cuerpo para manejar el estrés, creando un ciclo en el que la ansiedad y el insomnio se alimentan mutuamente.
Por todo esto, comprender la relación entre el insomnio y la ansiedad es esencial para encontrar soluciones efectivas, que se adapten a tu estilo de vida, además, muchas personas pueden lograr un sueño reparador cuando realizan cambios en sus hábitos de sueño y se ocupan de otros problemas relacionados con su estilo de vida.
Dormir es distraerse del mundo
Jorge Luis Borges